sábado, 4 de marzo de 2023

IL BARONE RAMPANTE

 



Italo Calvino


IL BARONE RAMPANTE
Traducción: Francesc Miravitlles.
Resumen:Tony Calix:.

CAPITULO XXV


No sé si por esa época ya se había fundado en Ombrosa una Logía de Francmasones; fui iniciado a la masonería mucho más tarde, después de la primera campaña napoleónica, junto con gran parte de la burguesía pudiente y de la pequeña nobleza de nuestras tierras, y no podría decir, por lo tanto, cuáles fueron las primeras relaciones de mi hermano con la Logia. A este propósito citaré un episodio ocurrido más o menos en los tiempos de los que estoy hablando, y que varios testimonios confirmarían como verdadero. Llegaron un día a Ombrosa dos españoles, viajeros de paso. Se fueron a casa de un tal Bartolomeo Cavagna, pastelero, conocido como fracmasón. Parece que se presentaron como hermanos de la Logia de Madrid, de modo que él los llevó por la noche a asistir a una junta de la masonería de Ombrosa, que entonces se reunía a la luz de antorchas y cirios en un claro en medio del bosque. De todo esto se tienen noticias sólo por rumores y suposiciones: lo que es cierto es que al día siguiente los dos españoles, en cuanto salieron de donde se hospedaban, fueron seguidos por Cósimo de Rondó, que sin ser visto los vigilaba desde lo alto de los árboles. Los dos viajeros entraron en el patio de una posada extramuros. Cósimo se apostó sobre una glicina. En una mesa había un cliente que los esperaba; no se le veía el rostro, encubierto por un sombrero negro de anchas alas. Aquellas tres cabezas, o mejor, aquellos tres sombreros, convergieron sobre el cuadrado blanco del mantel; y tras haber confabulado un poco, las manos del desconocido se pusieron a escribir en un papel alargado algo que los otros dos le dictaban y que, por el orden en que colocaba las palabras una bajo otra, se habría dicho una lista de nombres.-

¡Buenos días, señores! — dijo Cósimo. Los tres sombreros se movieron dejando aparecer tres rostros con los ojos más que abiertos hacia el hombre de la glicina. Pero uno de los tres, el de las anchas alas, volvió a bajar la cabeza enseguida, hasta el punto de tocar la mesa con la punta de la nariz. Mi hermano había tenido tiempo de entrever una fisonomía que no le parecía desconocida.

¡Buenos días a usted! —dijeron los dos—. Pero ¿es costumbre del lugar presentarse a los forasteros bajando del cielo como un pichón? ¡Espero que queráis descender de inmediato a explicárnoslo!
Quien está en lo alto está bien a la vista por todas partes —dijo el barón—, mientras que hay quien se arrastra para esconder el rostro.
Sabed que ninguno de nosotros está obligado a mostraros el rostro, señor, más de lo que está obligado a mostraros el trasero.

Sé que para cierta clase de personas es un punto de honor tener la cara en la sombra.
¿Qué personas son ésas?
¡Los espías, por ejemplo!
Los dos compadres quedaron azorados. El inclinado permaneció inmóvil, pero por primera vez se oyó su voz:

O, por decir otras, los miembros de sociedades secretas... —soltó, lentamente. Esta intervención podía interpretarse de varios modos. Cósimo lo pensó y luego lo dijo en voz alta:

Lo que usted ha dicho, señor, puede interpretarse de varios modos. ¿Decís «miembros de sociedades secretas» insinuando que lo sea yo, insinuando que lo seáis vos, que lo seamos ambos, que no lo seamos ni vos ni yo sino otros, o porque, sea como fuere, puede servir para ver lo que digo yo después?

¿Cómo, cómo, cómo? —dijo desorientado el hombre del sombrero de anchas alas, y en aquella desorientación, olvidándose de que debía mantener la cabeza gacha, la alzó hasta mirar a Cósimo a los ojos. Cósimo lo reconoció: ¡era don Sulpicio, el jesuita enemigo suyo de los tiempos de Olivabassa!

¡Ah! ¡No me había engañado! ¡Abajo la máscara, reverendo padre! —exclamó el barón.

¡Vos! ¡Estaba seguro! — dijo el español, y se quitó el sombrero, descubriendo la coronilla —. Don Sulpicio de Guadalete, superior de la Compañía de Jesús.

¡Cósimo de Rondó, Masón Franco y Aceptado! También los otros dos españoles se presentaron con una leve inclinación.

¡Don Calixto!
¡Don Fulgencio!
¿Jesuitas también los señores?
¡Nosotros también!
Pero ¿vuestra orden no ha sido disuelta recientemente por el Papa?
¡No para dar tregua a los libertinos y herejes de vuestra calaña! 
—dijo don Sulpicio, desenvainando la espada. Eran jesuitas españoles que tras la disolución de la Orden se habían echado al campo, tratando de formar una milicia armada en todas las provincias, para combatir las ideas nuevas y el teísmo. También Cósimo había desenvainado la espada. Alrededor, se había agolpado bastante gente.

Tened la bondad de bajar, si queréis batiros caballerosamente
dijo el español. 
Más allá había un bosque de nogales. Era la época del vareo y los campesinos habían colgado sábanas de un árbol a otro, para recoger las nueces que vareaban. Cósimo corrió a un nogal, saltó a la sábana, y allí se quedó erguido, frenando los pies que le resbalaban por la tela en aquella especie de gran hamaca.

¡ Subid vos un par de palmos, don Sulpicio, que yo ya he bajado más de lo que acostumbro! 
—y desenvainó también él la espada. El español saltó él también a la sábana tensa. Era difícil mantenerse erguidos, porque la sábana tendía a cerrarse como un saco en torno a sus cuerpos, pero los dos contendientes estaban tan ensañados que consiguieron cruzar los aceros.
¡Por la mayor gloria de Dios!
¡Por la Gloria del Gran Arquitecto del Universo! Y se lanzaban estocadas.
Antes de que os hunda esta hoja en el píloro
—dijo Cósimo—, dadme noticias de la señorita Úrsula.
—¡Ha muerto en un convento! Cósimo se turbó con la noticia (aunque yo pienso que era inventada) y el ex jesuita lo aprovechó para un golpe bajo. De una estocada alcanzó uno de los picos que atados a las ramas de los nogales sostenían la sábana por el lado de Cósimo, y lo cortó. Cósimo habría caído, sin duda, si no se hubiese apresurado a lanzarse a la sábana por el lado de don Sulpicio y a agarrarse a un borde. Con el salto, su espada arrolló la guardia del español y se le clavó en el vientre. Don Sulpicio se abandonó, resbaló por la sábana inclinada hacia la parte donde había cortado el pico, y cayó al suelo. Cósimo trepó al nogal. Los otros dos ex jesuitas levantaron el cuerpo de su compañero herido o muerto (nunca se supo bien), escaparon y no volvieron a dejarse ver jamás. La gente acudió a la sábana ensangrentada. Desde ese día mi hermano tuvo fama general de francmasón.

El secreto de la sociedad no me permitió saber más. Cuando yo entré a formar parte de ella, como he dicho, oí hablar de Cósimo como de un viejo hermano cuyas relaciones con la Logia no estaban muy claras, y unos lo tenían por «durmiente», otros por un hereje pasado a otro rito, otros incluso por un apóstata; pero siempre con gran respeto por su actividad pasada. No excluyo siquiera que aquel legendario maestro de grado Treintaitrés, a quien se atribuía la fundación de la Logia de Ombrosa, haya podido ser él, y por otra parte la descripción de los primeros ritos que en ella se celebraron refleja la influencia del barón: baste con decir que los neófitos habían de ser vendados, se les hacía subir a lo alto de un árbol y se los bajaba colgados de cuerdas. Es verdad que entre nosotros las primeras reuniones de los francmasones se desarrollaban de noche y en medio de los bosques. 
La presencia de Cósimo, pues, estaría más que justificada, tanto en el caso de que hubiese sido él quien recibió de sus corresponsales extranjeros los opúsculos con las Constituciones masónicas y quien fundó aquí la Logia, como en el caso de que hubiese sido algún otro, probablemente después de haber sido iniciado en Francia o Inglaterra, el que introdujo los ritos también en Ombrosa. Quizá es posible que la masonería existiera aquí desde hacía tiempo; sin saberlo Cósimo, y que él casualmente una noche, al moverse por entre los árboles del bosque, descubriera en un claro una reunión de hombres con extraños paramentos y utensilios, a la luz de candelabros, se detuviera allá arriba a escuchar, y luego interviniera provocando un barullo con alguna salida desconcertante, como por ejemplo: «¡ Si construyes un muro, piensa en lo que queda fuera!» (frase que le oí repetir a menudo), u otra de las suyas, y los masones, reconociendo su elevada sabiduría, lo hicieron entrar en la Logia, con cargos especiales, y aportándoles un gran número de nuevos ritos y símbolos. El caso es que durante todo el tiempo que mi hermano tuvo que ver con ella, la masonería al aire libre (como la llamaré para distinguirla de la que se reunirá después en un edificio cerrado) tuvo un ritual mucho más rico, en el que entraban lechuzas, telescopios, pinas, bombas hidráulicas, hongos, diablillos de Descartes, telas de araña, tablas pitagóricas. También había cierto alarde de calaveras, pero no sólo humanas, sino también cráneos de vacas, lobos y águilas. Semejantes objetos y otros aún, entre ellos las paletas, las escuadras y los compases de la normal liturgia masónica, se hallaban por esa época colgados de las ramas en extravagantes disposiciones, y se atribuían a la locura del barón. Sólo unas pocas personas daban a entender que ahora estos jeroglíficos tenían un significado más serio; pero, por lo demás, nunca se ha podido trazar una separación clara entre los signos de antes y los de después, ni excluir que desde el principio fuesen signos esotéricos de alguna sociedad secreta. Porque Cósimo ya mucho tiempo antes que a la masonería estaba afiliado a varias asociaciones gremiales o hermandades de oficios, como la de San Crispín, o de los Zapateros, o la de los Virtuosos Toneleros, los Justos Armeros o los Sombrereros Concienzudos. Al hacerse él mismo casi todas las cosas que necesitaba, conocía las artes más diversas, y podía jactarse como miembro de muchas corporaciones, que por su parte estaban muy contentas con tener un miembro de noble familia, singular ingenio y probado desinterés. Como esta pasión que Cósimo siempre demostró por la vida asociada se conciliaba con su perpetua huida del consorcio civil, es algo que nunca he entendido bien, y sigue siendo una de las no menores singularidades de su carácter. Se diría que él, cuanto más decidido estaba a ocultarse entre las ramas, más sentía la necesidad de crear nuevas relaciones con el género humano. Pero aunque de vez en cuando se lanzase, en cuerpo y alma, a organizar una nueva sociedad, estableciendo meticulosamente los estatutos, las finalidades, la elección de los hombres más adecuados para cada cargo, nunca sus compañeros sabían hasta qué punto podían contar con él, cuándo y dónde podían encontrarlo, y cuándo se vería ganado repentinamente por su naturaleza de pájaro y no se dejaría atrapar más. Quizá, si es que se quiere reducir a un único impulso estas actitudes contradictorias, haya que pensar que él era igualmente enemigo de todo tipo de convivencia humana vigente en sus tiempos, y que por eso huía de todos, y se afanaba con obstinación por experimentar otros nuevos: pero ninguno de ellos le parecía justo y suficientemente distinto de los otros; de ahí sus continuos paréntesis de esquivez absoluta. Era una idea de sociedad universal, lo que tenía en mente. Y todas las veces que se dedicó a asociar personas, ya fuera para fines concretos como la guardia contra los incendios o la defensa de los lobos, o en hermandades de oficios como los Perfectos Afiladores o los Ilustrados Curtidores de Pieles, como conseguía siempre hacerlas reunir en el bosque, de noche, en torno a un árbol, desde el que él predicaba, se derivaba siempre de ello un aire de conjura, de secta, de herejía, y en esa atmósfera también los discursos pasaban fácilmente de lo particular a lo general, y de las simples reglas de un oficio manual se pasaba como si nada al proyecto de instaurar una república mundial de iguales, libres y justos. En la masonería, pues, Cósimo no hacía más que repetir aquello que ya había hecho en las otras sociedades secretas o semisecretas en las que había participado. Y cuando un tal lord Liverpuck, enviado por la Gran Logia de Londres a visitar a los hermanos del continente, llegó a Ombrosa mientras era maestro mi hermano, quedó tan escandalizado de su escasa ortodoxia que escribió a Londres que ésta de Ombrosa debía ser una nueva masonería de rito escocés, pagada por los Estuardo para hacer propaganda contra el trono de los Hannover, por la restauración jacobita. Después de eso se produjo el hecho que he contado, de los dos viajeros españoles que se presentaron como masones a Bartolomeo Cavagna. Invitados a una reunión de la Logia, ellos lo encontraron todo muy normal, incluso, dijeron que era justamente igual que en el Oriente de Madrid. Esto fue lo que infundió sospechas a Cósimo, que sabía la parte de aquel ritual que era invención suya; y por esto siguió las huellas de los espías y los desenmascaró y triunfó sobre su viejo enemigo don Sulpicio. De todas formas, a mí me parece que estos cambios de liturgia eran una necesidad suya personal, porque considerándolo bien habría podido tomar los símbolos de todos los oficios salvó los del albañil, él que casas de albañilería nunca las había querido construir ni habitar.

viernes, 26 de agosto de 2022

PEQUEÑOS APUNTES SOBRE YOGA





APUNTES SOBRE YOGA

El yoga es una disciplina tradicional espiritual,física y mental originada en la India. Es una de las seis doctrinas ortodoxas del hinduismo.
Enfatiza la 
meditación y la liberación, siendo su texto principal el Yoga sutra .La palabra yoga se deriva de la raíz sánscrita “yuj”, que significa“enganchar por medio del yugo”, “juntar”, “unir”… Volvemos a encontrar similares significados en el latín “jungere” y en el francés “jong”(yugo), “joindre” (juntar)



TIPOS DE YOGA:

Karma-Yoga;
yoga de la acción desinteresada. En él, la acción es la vía hacia el dios interior, la evolución y el desarrollo de la Sabiduría.
Bhakhi-Yoga;
yoga devocional, se basa en el sentimiento intenso hacia la divinidad.
 Gnama-Yoga;
 yoga del Conocimiento y discernimiento.
Radja-Yoga;
yoga de la mente.
Tantra-Yoga;
yogasexual o  Kundalini-Yoga.
Mantra-Yoga;
yoga que consiste en recitar palabras o fonemas que aquietan la mente, conducen al dios interior y sirven para evocar-invocar-convocar.
 
Patanjali pensador hindú cachemiro, autor del Yoga-sutraexpuso un sistema de pasos yóguicos válidos por la práctica de todos los yogas. Los ocho pasos yóguicos de Patanjali son: yama, niyama, asana, pranayama, pratyahara, dharana, dyana y samadhi.
 
 1.   YAMA: Normas de comportamiento social. Actitudes y principios éticos del practicante hacia los demás, que favorecen las relaciones sanas y armónicas.

- Practicar la no violencia.
- Hablar con la verdad.
- Ejercer un control adecuado de los deseos y en 
  especial de la energía sexual.
- Ser honestos, no robar.
- Ser generosos, no codiciar, ambicionar o acumular, 
  cultivar el desapego.

2.NIYAMA: Reglas de la conducta personal, cualidades que expresa la persona hacia sí misma, en una actitud de autocuidado, purifica el mundo interno. Es el resultado de una vida natural y equilibrada.

- Pureza. En su cualidad interna: en lo referente a la 
  mente y nuestras emociones.En su naturaleza 
  externa: la higiene personal física.
- Aceptación de la realidad que nos toca vivir a 
  cada uno,cultivando la actitud del contento
  y la satisfacción.
- Disciplina, esfuerzo, austeridad que nos acerca 
  hacia nuestra naturaleza interior.
- Exploración del espíritu. Estudio y lectura de textos 
  sagrados que promueven la conexión con nuestra 
  esencia divina.
- Entrega, abandono a la voluntad divina.

3.ASANA: Viene de asentamiento, postura consciente, que integra la mente y el cuerpo, y promueve el estado donde logramos ser conscientes del flujo de energía vital a través de nuestro cuerpo. Asentamiento interno y externo, que nos permite tomar conciencia de nuestra capacidad de actuar en determinadas circunstancias de la vida, de dónde está nuestra presencia, de cómo está nuestro cuerpo y de si nuestras emociones están en calma, en armonía o en pleno movimiento y desequilibrio.El asana nos permite ganar en flexibilidad, la que necesitamos para adaptarnos a los cambios inevitables que nos trae la vida, en fuerza, en perseverancia y equilibrio.

4.PRANAYAMA: Es energía y Yama corresponde a dominio, manejo de la fuerza vital. En el pranayama regulamos y controlamos la respiración de forma consciente en el momento que sintonizamos con nuestra propia energía, con nuestra respiración, no sólo tomamos contacto con nuestro yo más profundo sino también con la relación entre nuestra individualidad y esa conexión con el mundo y su sentir.

Fases dentro de la respiración:
- inspiración.
- exhalación
- retención al lleno.
- retención al vacío.

Tipos de pranayama:
- Energetizantes.
- Equilibrantes.
- Alternos.

5.PRATYAHARA: Praty = abstraerse o retraerse y 
Ahara = el alimento externo. Pratyahara = retracción de los sentidos Pratyahara es el proceso de interiorización, con el fin de centrar la conciencia en los elementos sutiles del oído, del tacto, de la vista, el gusto y el olfato y aislarnos de los estímulos externos, promoviendo la calma mental.

6.DHARANA: Es el dominio de la atención y de la intención, es la concentración mental.Aquello en lo que fijamos nuestra atención adquiere mayor importancia para nosotros, la conciencia imprime vida al objeto de nuestra tención y adquiere una fuerza preponderante en nuestra vida. Cuando fortalecemos la concentración, a través de la atención plena, llega un momento en que la mente se inmoviliza y da lugar al siguiente paso, la experiencia meditativa o Dhyana.

7.DHYANA: Es el desarrollo de la conciencia de observación, sin identificarnos con lo observado, siendo uno con ello, sin establecer diferencia del observador con lo observado. Surge de mantener un flujo continuo de atención sobre el objeto de concentración y la fusión entre este y el sujeto, llegando a lo que entendemos como meditación. En este estado se establece un estado mental puro, donde no hay condicionamientos, ni estamos influidos por creencias o pensamientos, es una conciencia libre, sin dualidad y abierta.

8.SAMADHI: Es el estado de permanencia en la conciencia pura e limitada, en el que logramos ir más allá del tiempo y del espacio, del pasado del futuro y de la individualidad.

Tony Calix Mejia\





domingo, 21 de abril de 2019

RESURRECCIÓN EN EL ARTE REAL



(Me rindo ante el poder del amor. 
Soy un canal abierto para la energía creativa.)El hecho de que la iniciación enseñe a morir no significa que preconice el aniquilamiento. ¡Si hay algo que con toda certeza no existe, es la Nada! Aspirar a ella corresponde al ideal más falso que pueda concebirse, puesto que nada se destruye, todo se transforma. Lejos de suprimir la vida, la muerte provee a su perpetua renovación, Disuelve el continente a fin de liberar el contenido, que se representa como un líquido incesantemente trasvasado de un recipiente perecedero a otro, sin que jamás se pierda una solo gota. (El Arte /espejo/ VIX. A.:C.:)

jueves, 18 de abril de 2019

Primeras páginas."El Jorobado de Nuestra Señora de París". (Nota de Víctor Hugo)


 Nota de Víctor Hugo en la página del título de su manuscrito: 
«He escrito las tres o cuatro primeras páginas de Nuestra Señora de París el 25 de julio de 1830. La revolución de julio me interrumpió.
Después vino al mundo mi querida pequeña Adela (¡bendita sea!) y continúo escribiendo Nuestra Señora de París el primero de septiembre;
la obra se terminó el 15 de enero de 1831. Adela nació el segundo día de la revolución. Cuando hace algunos años el autor de este libro visitaba o, mejor aún, cuando rebuscaba por la catedral de Nuestra Señora, encontró en un rincón oscuro de una de sus torres, y grabada a mano en la pared, esta palabra: “ANAFKH” (Fatalidad). Aquellas mayúsculas griegas, ennegrecidas por el tiempo, profundamente marcadas en la piedra, y la influencia gótica de su caligrafía y de sus formas, atrajeron vivamente al autor. Más tarde los muros fueron encalados o raspados (ignoro cuál de estas dos cosas) y la inscripción desapareció. Así se tratan desde hace ya doscientos años estas maravillosas iglesias medievales; 
las mutilaciones les vienen de todas partes tanto desde dentro, como de fuera. Los párrocos las blanquean, los arquitectos pican sus piedras y luego viene el populacho y las destruye. hoy no queda ya ningún rastro de aquella palabra misteriosa grabada en la torre sombría de la catedral de Nuestra Señora; ningún rastro del destino desconocido que ella resumía tan melancólicamente. El hombre que grabó aquella palabra en aquella pared hace siglos que se ha desvanecido, así como la palabra ha sido borrada del muro de la iglesia y como quizás la iglesia misma desaparezca pronto de la faz de la tierra. Basándose en esa palabra, se ha escrito este libro...”.
Marzo de 1834.
8 párrafos,26 lineas, 290 palabras. Un minuto 35 segundos de lectura.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Tristian Tzara: como hacer un poema dadaísta . Los siete manifiestos (nota)

MANIFIESTOS VANGUARDISTAS:
 (Dadaísmo, Futurismo, Surrealismo, Cubismo.)

El término “vanguardia” proviene de la voz militar francesa d’avant-garde, que significa ir por delante. Las vanguardias, por tanto, fueron movimientos que buscaron y concibieron nuevas formas de creación artística y literaria. Eclosionan en los primeros años del siglo XX, entre 1905 y 1930. Nacen de una necesidad de ruptura con lo tradicional. todas ellas pretenden la renovación de la literatura en sus temas y su estilo.


CARACTERÍSTICAS:
• Fascinación por la técnica y los avances tecnológicos.
• Experimentación con nuevos temas y formas de expresión.
• Rechazo a la expresión de los sentimientos (arte deshumanizado).
• Concepción de la literatura como algo lúdico (juego formal).
• Está destinada a aquellos que fueran capaces de comprenderla. (Literatura minoritaria).
• Internacionalismo, es decir, estos movimientos trascienden las fronteras del país del que surgieron.

MOVIMIENTOS o ISMOS LITERARIOS:
ISMOS Es el término que se emplea para designar una serie de movimientos que se desarrollan a principios del siglo XX y buscan nuevas formas de expresión artística.

DADAÍSMO Fue creado por el poeta rumano Tristan Tzara. Surge en Zúrich durante la guerra (1916). Surge como rechazo hacia esa sociedad racional que había arrastrado a la humanidad a la guerra. La palabra Dadá (balbuceo infantil) fue elegida al azar por Tzara, abriendo el diccionario con un cuchillo. Recurre a un lenguaje incoherente para liberar la fantasía y la creatividad de cada individuo, de esta forma se reflejaría lo absurdo de la vida. Aunque efímero, el dadaísmo fue importantísimo para la literatura, ya que sentó las bases del Surrealismo.

" Los siete manifiestos dadá". Tristian Tzara:  como hacer un poema dadaísta . Los siete manifiestos, página 35.


"PARA HACER UN POEMA DADAÍSTA. 
Coja un periódico. 
Coja unas tijeras. 
Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle 
a su poema. 
Recorte el artículo. 
Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que
forman el artículo y métalas en una bolsa. 
Agítela suavemente. 
Ahora saque cada recorte uno tras otro. 
Copie concienzudamente en el orden en que hayan salido de la bolsa. 
El poema se parecerá a usted. 
Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendida del vulgo."



Manifiesto Dadaísta.Tristan Tzara (1918) La magia de una palabra —DADA—, que ha puesto a los periodistas ante la puerta de un mundo imprevisto, no tiene para nosotros ninguna importancia. Para lanzar un manifiesto es necesario: A, B,C irritarse y aguzar las alas para conquistar y propagar muchos pequeños y grandes a, b, c, y afirmar, gritar, blasfemar, acomodar la prosa en forma de obviedad absoluta, irrefutable, probar el propio non plus ultra y sostener que la novedad se asemeja a la vida como la última aparición de una cocotte prueba la esencia de Dios.

En efecto, su existencia ya fue demostrada por el acordeón, por el paisaje y por la palabra dulce. Imponer el propio A.B.C. es algo natural, y, por ello, deplorable. Pero todos lo hacen bajo la forma de cristal-bluff-madonna o de sistema monetario, de producto farmacéutico o de piernas desnudas invitantes a la primavera ardiente y estéril. El amor por lo nuevo es una cruz simpática que revela un amiquemeimportismo, signo sin causa, frágil y positivo. Pero también esta necesidad ha envejecido. Es necesario animar el arte con la suprema simplicidad: novedad. Se es humano y auténtico por diversión, se es impulsivo y vibrante para crucificar el aburrimiento. En las encrucijadas de las luces, vigilantes y atentas, espiando los años en el bosque. Yo escribo un manifiesto y no quiero nada y, sin embargo, digo algunas cosas y por principio estoy contra los manifiestos, como, por lo demás, también estoy contra los principios, decilitros para medir el valor moral de cada frase. Demasiado cómodo: la aproximación fue inventada por los impresionistas. Escribo este manifiesto para demostrar cómo se pueden llevar a cabo al mismo tiempo las acciones más contradictorias con un único y fresco aliento; estoy contra la acción y a favor de la contradicción continua, pero también estoy por la afirmación. No estoy ni por el pro ni por el contra y no quiero explicar a nadie por qué odio el sentido común. DADA— he aquí la palabra que lleva las ideas a la caza; todo burgués se siente dramaturgo, inventa distintos discursos y, en lugar de poner en su lugar a los personajes convenientes a la calidad de su inteligencia, crisálidas en sus sillas, busca las causas y los fines (según el método psicoanalítico que practica) para dar consistencia a su trama, historia que habla y se define. Elespectador que trata de explicar una palabra es un intrigante: (conocer). Desde el refugio enguatado de las complicaciones serpentinas hace manipular sus propios instintos. De aquí nacen las desgracias de la vida conyugal. Explicar: diversión de los vientres rojos con los molinos de los cráneos vacíos.

Dada no significa nada.Si alguien lo considera inútil, si alguien no quiere perder tiempo por una palabra que no significa nada…El primer pensamiento que se agita en estas cabezas es de orden bacteriológico…, hallar su origen etimológico, histórico o psicológico por lo menos. Por los periódicos sabemos que los negros Kru llaman al rabo de la vaca sagrada: DADA. El cubo y la madre en una cierta comarca de Italia reciben el nombre de DADA. Un caballo de madera, la nodriza, la doble afirmación en ruso y en rumano DADA. Sabios periodistas ven en todo ello un arte para niños, otros santones jesúshablaalosniños, el retorno a un primitivismo seco y estrepitoso, estrepitoso y monótono. No es posible construir la sensibilidad sobre una palabra. Todo sistema converge hacia una aburrida perfección, estancada idea de una ciénaga dorada, relativo producto humano. La obra de arte no debe ser la belleza en sí misma porque la belleza ha muerto; ni alegre; ni alegre ni triste, ni clara ni oscura, no debe divertir ni maltratar a las personas individuales sirviéndoles pastiches de santas aureolas o los sudores de una carrera en arco a través de las atmósferas. Una obra de arte nunca es bella por decreto, objetivamente y para todos. Por ello, la crítica es inútil, no existe más que subjetivamente, sin el mínimo carácter de generalidad. ¿Hay quien crea haber encontrado la base psíquica común a toda la humanidad? El texto de Jesús y la Biblia recubren con sus amplias y benévolas alas: la mierda, las bestias, los días.

¿Cómo se puede poner orden en el caos de infinitas e informes variaciones que es el hombre? El principio «ama a tu prójimo» es una hipocresía. «Conócete a ti mismo» es una utopía más aceptable porque también contiene la maldad. Nada de piedad. Después de la matanza todavía nos queda la esperanza de una humanidad purificada. Yo hablo siempre de mí porque no quiero convencer. No tengo derecho a arrastrar a nadie a mi río, yo no obligo a nadie a que me siga. Cada cual hace su arte a su modo y manera, o conociendo el gozo de subir como una flecha hacia astrales reposos o el de descender a las minas donde brotan flores de cadáveres y de fértiles espasmos. Estalactitas: buscarlas por doquier, en los pesebres ensanchados por el dolor, con los ojos blancos como las liebres de los ángeles. Así nació DADA, de una necesidad de independencia, de des confianza hacía la comunidad. Los que están con nosotros conservan su libertad. No reconocemos ninguna teoría. Basta de academias cubistas y futuristas, laboratorios de ideas formales. ¿Sirve el arte para amontonar dinero y acariciar a los gentiles burgueses? Las rimas acuerdan su tintineo con las monedas y la musicalidad resbala a lo largo de la línea del vientre visto de perfil. Todos los grupos de artistas han ido a parar a este banco a pesar de cabalgar distintos cometas. Se trata de una puerta abierta a las posibilidades de revolcarse entre muelles almohadones y una buena mesa. Aquí echamos el ancla en la tierra feraz. Aquí tenemos derecho a proclamar esto porque hemos conocido los escalofríos y el despertar. Fantasmas ebrios de energía, hincamos el tridente en la carne distraída. Rebozamos de maldiciones en la tropical abundancia de vertiginosas vegetaciones: goma y lluvia es nuestro sudor, sangramos y quemamos la sed.